El miedo a la intimidad
Aquella mirada lo descolocó, porqué no había en ella incitación, ni coquetería, sino más bien una especie de interrogación...
Intimar implica estar cerca, establecer una relación donde los aspectos más sensibles, más tuyos se comparten con otra persona, es mostrarte auténtico, con todas tus facetas abriendo paso a la vulnerabilidad. La intimidad viene de la interrogación por el otro y el deseo genuino de conocerle y mostrarse frente a él. Poder ser libremente tú y lograr una complicidad con un otro que a su vez se muestra abierto y dispuesto.
Así que cuando dices que conoces a alguien, que compartes con alguien, no siempre quiere decir que intimas. Que hay relaciones, encuentros, amistades que se quedan en lo superficial. Buenos momentos, cotidianidad, años transcurridos...pero que en el fondo no te has dejado ser, no te has dejado fluir, o quizá tu intentas, pero la otra persona no se abre a la experiencia, está indispuesta, se muestra reticente y entonces no se genera una conexión profunda. Quiere decir que intimar es un estar dispuestos. No se puede conectar con otros desde el miedo, las barreras, las mentiras.
Intimar es bien bonito ¿a poco no? Cuando sientes que puedes saber qué pasa con el otro con mirarle, que vibran en la misma sintonía, que se entienden, que se sienten. Saberte seguro, contenido, valorado. Intimar es bien lindo, pero no siempre es tan sencillo, porque para lograrlo hay que dejarse conocer. Dejar de mostrar sólo lo que sientes que controlas, las buenas facetas, el lado bonito de ti para dejar ver también tu fragilidad, tus heridas, tus malos momentos... y ¡uff eso si que puede para algunos dar mucho miedo!. Por que detrás está tu historia, lo que aprendiste que es el amor, lo que has aprendido sobre la contención o el abandono, sobre la necesidad de saberte querido, el miedo al rechazo; determinadas ideas y creencias que has aprendido.
Generalmente detrás está el dilema por amar a otro sin perderte, miedo a perder tu individualidad. Hacer renuncias. O tal vez un miedo -de viejas experiencias- de que mostrarse es abrir la posibilidad de salir herido, de perder el control, de que el otro se desencante y se vaya o te cambie o te rechace.

Y entonces aparecen dos mecanismos comunes.
1. Decir que estás dispuesto a una relación profunda, pero que casualmente te relacionas con personas emocionalmente indispuestas. Y entonces en una relación dispar te desgastas y solo te convences de que eso de "entregarse" no funciona. ¿Buscar una persona que no quiere compronmeterse es tu propia forma de protegerte y de no entrar en una relación? Pon atención a tus patrones, quizá tu propio miedo te está impidiendo conectar con las personas correctas y desgastado te cuentas una versión distorsionada de las cosas.
2. "Activamente" te "proteges". Mantienes relaciones "free" sin compromisos porque eres muy moderno. O quizá te has jactado de tu capacidad de ligue y coquetería y coleccionas conquistas pero no corazones. O estar en relaciones donde no puedes ser libremente tu mismo, pero siempre encuentras motivos para quedarte. ¿Querer a medias, mostrarte disociado es tu propia forma de protegerte y no entablar una relación? Pon atención, quizá tus miedos te están impidiendo poder ser completamente tu y podrás pasártela <padre>al precio de sentirte incompleto.
Todas fórmulas tramposas, una escabullidiza forma donde confundido y asustado se busca evadir la intimidad. Quizá la relación te gusta, la persona te llama, pero a la vez te asustas y empiezas a hacer malabares que al final sólo otorgan más inseguridad al vínculo, y así, más ambivalencia y conflicto. Relaciones a medias que en el afán de protegerte usualmente terminan por confundirte más.
Y sabes que... ello no significa que estás dañado, que eres mala persona, que no hay remedio; quizá es lo que has aprendido, lo que has entendido. Ahora tienes la oportunidad de pensar ¿cómo son las relaciones que estableces? ¿Qué rol juegas en ellas? ¿Cómo es para ti el mostrarte vulnerable? ¿Cuáles son tus miedos? y cambiar viejos patrones. Mereces una relación donde conectes en lo físico, en lo mental en lo emocional, donde no tengas que mostrar solo partes de tí, reservándolas o llevándolas a otras relaciones. Donde puedas mostrar tu verdadero yo y conectes con alguien que quiera descubrirte, conquistare. Por que tú también mereces un amor bonito, que te haga sentir cómplice, libre y feliz.
"El yo individual es aquello que se diferencia de lo general. osea lo que no puede ser advertido y calculado de antemano, lo que en el otro es necesario descubrir, develar, conquistar"
(Kundera, 1985)